EL POEMA QUE CAYO AL SOTO
Cayo por el empuje / del aire sobre el suelo,
buscando el refugio / de los árboles gigantes
guardar y protegerse / de las grandes tormentas ,
mientras fue sujetado / por troncos y zarzales.
Un verso ataraceado / por la arena del río,
reflejaba el silencio / romántico del paseo
sobre sus largas charlas / cálidas por el soto,
oteaba los destellos/ de la salvaje ocupación.
Fue persiguiendo trovas / amorosas por el soto
con armoniosa rima / fáciles de ser leídas
y observar el sentido / romántico del lugar,
mientras los niños juegan / describiendo su viaje.
El sol penetra dentro / de las tupidas hojas,
sombras encadenadas / en el paisaje verde,
aprisionando el calor / tórrido del verano
aprovechan los peces / para buscar estrofas .
Un árbol centenario / con sus ramas quebradas,
soporta a la paloma / que vigila el paisaje
miedosa del jolgorio / sublime dominical,
al sentir del regajo / el eco repetidor.
Mientras el poema vuela / serpentea el largo valle
intentando escoger / estrofas delirantes,
al sortear obstáculos / quebrados del terreno
como las mariposas / con tanto vuelo raso.
Los pájaros al trinar / lo persiguen bien alto
para que no se borren / los mensajes callados
de paz, amor, amistad / entre personas de bien,
al buscar el refugio / del poeta iluminado.
El poema busca el eco / calmado en el silencio
que se despierta dócil / de amor adolescente,
gravando en el destino / notas en la memoria,
la belleza del soto / con la arena del río.
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Antonio Pulido -