EL ESPERPENTO
Atrapados en la miseria de la vida
Nos cuelga la medalla postinera
De un recorrido vertiginoso y sin sentido
Con el amparo de la alegría desbordada.
Victimas de nuestros propios errores
Nos perdemos en lamentaciones estériles
Por haber participado como actores
En el circo montado de la necesidad viciada.
El púlpito de las vanidades ocultas
Asoma en el recorrido misterioso
En una sociedad carente de responsabilidades
Por los quehaceres cotidianos del sistema.
Atado y bien atado, nos retuvo el miedo escénico
En el letargo inquisitorio de la tortura
Con el apoyo misterioso de la doctrina
Revestida de una bondad endiablada.
El fuego prende por lugares escabrosos
Ocultando la cara amarga del embrollo
Con el amparo de la complicidad del viento
Dentro del plan montado a su alrededor.
El recorrido abrupto del terreno, ya trillado
Acosa a los bomberos del desierto anónimo
A controlar los affaires en las noches claras
Para que todo ruede por los caminos de la mentira.
La arrogancia asociada con la chulería
Provoca la verborrea eufemística
Del insulto, que siempre algo queda
En una primavera altanera y despectiva.
Cada mañana me asomo al balcón del disparate
Por si ha colado por la cristalera una píldora
Que te deja con el pensamiento en sacacorchos
Por la maldad esperpéntica del vocero de turno.
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