S O M B R A
Finalista en el premio de poesía, del barrio de Vicalvaro, de Madrid, el 28 de abril de 2013
*
Me persigue la sombra
como si desprendiera partículas
en suspensión que amenazan
mi silueta ya raída por el tiempo.
Camino cercano a la pared del destino
sin traicionar el reflejo innato
por el que transito, ni hacer
concesiones inútiles
a la refracción de los rayos solares.
Tampoco quiero engañarme
mientras no vea limpio
el camino de la transición
en un brote aleatorio de celos
en la cara oculta de la moneda.
La sombra puede ser tan necesaria
en la vida de cada uno
como la vida puede celar
los vaivenes de la noche
conforme avanza el auge
de la sociedad.
No hay contrariedades aleatorias
que se puedan imputar
a los rayos aportados por la silueta
y logren ser reversibles
en la sombra del pensamiento.
Nada velado pasa entre el receptor
y lo reflejado, propiciando la verdad
capaz de ser transparente
en todas las direcciones.
La sombra es una mancha oculta
que se perpetúa en la intimidad
del pensamiento, sin que represente
la adversidad intrínseca de cada situación.
Es la mochila cargada de designios
capaz de reflejar la acumulación
de experiencias, que van soltando
destellos brillantes u oscuros
del cuaderno de la vida.
En el valle solitario de la esperanza
otea la silueta vertida de la imaginación
sin que se vea la sombra
oculta de la realidad
en el camino de las oportunidades.
La sombra persigue incansablemente
la senda de la existencia
por donde transita el perfil
amargo del destino,
sin que por ello represente
el sentido de la suerte
en una ofensa cargada de ilusiones.
*
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